miércoles, 17 de septiembre de 2008

El poxi la droga de los pobres


Los que consumen esta droga tienen entre 9 y 12 años, es habitual verlos deambular por los bares y restaurantes del microcentro, diciendo " una moneda jefa" " tres tarjetas por un peso". Ofrecen tarjetas con una sonrisa pícara y la mirada esquivan, recorren todas y cada una de las mesas ante la respuesta negativa o el gesto de desagrado de muchos, los más cancheros en el rubro directamente enfrentan a los clientes: " elegí y dame lo que quieras"... ¿Cómo termina esto? Muchos de ellos sólo lo hacen para la compra de "la bolsa" que es el nombre de la bolsa que usan para drogarse con pegamento, el poxi-ran. El poxi es una realidad social y nadie parece darse cuenta.
El pegamento desprende vapores y gases que al inhalarse generan reacciones psicoactivas y su uso crónico produce danos neuronales irreversibles.
Los efectos de tolueno y los hexanos son tan dañinos, que afectan la memoria, la atención, la fluencia verbal y producen alteraciones motrices. El poxi esta al alcance de cualquier chico “el precio y la accesibilidad potencian el problema, el comerciante no tiene una noción concreta de lo que pueden llegar a realizar los compradores con el producto.
La causa por los que los niños terminan en la calle o con problemas de adicciones, son la familia, y todo el entorno. Una de las provincias mas pobre es la de Formosa y la parte social es la que no se hace nada.
Sabemos que hay buenos y dedicados profesionales para trabajar dicha problemática, pero también es cierto que no hay una buena campaña de difusión, algún folleto, etc.
Quizás haga falta imaginación institucional de quienes tienen la responsabilidad de conducir los centros de prevención y utilizar todos los recursos que el Estados les brinda, programas de radios, televisión, diarios, etc.

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